HABLEMOS DEL CASO DE JUNKO FURUTA

En el día de hoy traigo uno de los casos más estremecedores de Japón. Este, fue objeto de miles de teorías, hasta su historia fue contada en un manga, así como en dos películas.

Junko era una estudiante ejemplar. A pesar de su humilde origen, destacaba en todo lo que hacía, popular a dónde iba. En su instituto, era amiga de sus amigas, teniendo una agenda bastante peculiar, todo el mundo la conocía. Dentro de la popularidad, siempre se acostumbra a tener una vida social, cercana al coqueteo, la cercanía con los chicos, relaciones sexuales... pero ella era distinta de las otras adolescentes que acostumbraban a hacer esto. En una sociedad machista como aquella, esto era algo imperdonable, lo que empezó a crecer el sentimiento de ellos, ya que ella no quería ni tener novio, ni consumir alcohol ni droga, ni mucho menos ir a un ambiente nocturno. 

Uno de esos jóvenes, asqueados por la actitud de Junko, se trataba de Miyano Hiroshi, un chico de la baja yakuza japonesa, famoso por su extrema violencia. Este sentía una fuerte atracción por ella, tanto que no pudo "soportar". Él junto a unos amigos, la abordaron y ella al sentirse intimidada, accedió a lo que ellos le pedían. La subieron en un coche, llevándola a la casa de uno de los integrantes de ese grupo, Minato Nobuhara. En un principio, ella no tenía consciencia de lo que iba a vivir, pensaría lo típico, una agresión de los tipos duros de barrio, pero sería algo mucho peor. Los otros dos agresores, se trataban de Jo Kamisaku y Watanabe Yasushi.

En este punto, si eres un poco susceptible a estos temas, te avisaría de que dejases de leer, porque aunque no narre los hechos con detalle, hay palabras que no puedo evitar utilizar, dicho esto, sigo con el post.

Cuando llegaron al hogar de Nobuhara, que no era su piso de soltero, si no el de los padres, procedieron a darle una paliza, para "castigarla" por no haber accedido a quedar con ellos las otras veces. Para ellos, era una deshonra que una chica guapa como ella no les hubiera hecho caso. Si no era suficiente con la agresión física, la desnudaron y comenzaron con el abuso sexual, hasta que decidieron violarla por turnos. Para evitar que la familia de Junko sospechara y llamara a la policía, estos la obligaron a llamarlos, diciendo que había "huído de casa" y que estaba junto a una persona de confianza, que no estaba en peligro. Cuando los padres de Nobuhara se encontraban en el hogar, este tanto como sus amigos, fingían que era la pareja de él.

La excusa no funcionó, ya que los padres eran conscientes de que su hijo se llevaba con un miembro de la yakuza. Hiroshi parecía no tener gran poder, pero solo con pertenecer a esta, ya infundía miedo y represalias, por lo tanto, el miedo les evitó llamar a la policía, les impedía poder salvar a la chica. Nobuhara, respaldado por la posición social de su amigo, se vino tan arriba que ya ni siquiera disimulaba sus delitos, ya no decía que era su novia, la trataba como el trozo de carne que creía que era. Junko se escapaba, imploraba a los padres, pero estos estaban atemorizados por las amenazas de Hiroshi, ya que presumía de tener muchos contactos. 

Dichos contactos, acabaron en la casa de los padres, para perpetrar los mismos actos que los jóvenes estudiantes. En un mismo día, pudo ser abusada sexualmente por decenas de hombres y violada por una docena de ellos. 

Obligada a estar desnuda, a ofrecer espectáculos sexuales mientras los hombres la miraban y bebían cerveza. Hiroshi y sus amigos siempre tenían otros planes para ella, ya que decidían introducirle todo tipo de objetos por la vagina y el ano, causándole grandes lesiones, que junto a la deshidratación y desnutrición, iban apagando poco a poco la vida de la joven víctima. Si ella imploraba alimento, lo único que le dejaban eran cucarachas vivas y su propia orina. 

Todo este tipo de abusos, eran reportados mediante una cámara fotográfica. Los jóvenes y no tan jóvenes, la tenían como un trofeo de caza, sin darse cuenta de que estaban documentando las pruebas del juicio que iría en su contra. 

Los abusos cada vez iban a más, como ya dije, si eres susceptible, para de leer. Durante todo su cautiverio fue golpeada salvajemente, ya sea con sus propias manos o con armas, como un palo de golf. La colgaron del techo como un saco de boxeo. Le partieron los huesos de su mano a pisotones. Desgarramiento anal y vaginal, por objetos afilados. La encerraron en un congelador. Le quemaron los párpados con cera caliente. Utilizaron alfileres para clavarlos en sus senos. Las veces que ella intentó llamar a la policía, era brutalmente castigada. Le aplicaron quemaduras de cigarro en su vagina y quemaron su clítoris con un soplete, así como la amputación de uno de sus pezones. 

A los 30 días de cautiverio, su estado era tan crítico, que se arrastraba al baño para poder hacer sus necesidades. No podía tenerse en pie, ni respirar como debía por su nariz rota. Llegó a un punto, que no podía controlar a su propio cuerpo y acabó haciendo sus necesidades encima, lo que desencadenó otra serie de torturas. 

Ellos se negaron a liberarla, porque eso significaba que pudiesen ser arrestados, por lo tanto, ante su desesperación imploró que la matasen y siguieran con sus vidas. No se cansaron de humillarla. Fue obligada a jugar a un juego de mesa, ella ganó y furiosos, la apalizaron y quemaron viva. Ni los gritos de dolor y sufrimiento apaciguaron a aquellas fieras, sentían gozo en burlarse de ella. Ardió durante dos horas, pero no murió en el acto. Ellos, bebiendo cerveza, vieron como ella se convulsionaba de dolor y sufría por otras cuatro horas más. Cuando falleció, tomaron sus restos y la metieron en un bidón de metal, que recubrieron con cemento. 

Paso el tiempo, pero un informante de la yakuza, informó a la policía, su familia fue informada del suceso nada más conocerse de la información. Su madre, abatida psicológicamente, nunca llegó a recuperarse de la fatídica muerte de su madre. La autopsia reveló las miles de torturas a las que fue sometida. Dictaminaron que fue violada por un total de más de 100 hombres. Los cuatro jóvenes fueron juzgados como adultos, pero por la ley japonesa, nunca se reveló su verdadera identidad.

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