MAMA PÁJARO - EL RINCÓN DUNIANO
Buenas días, tardes o noches, según desde donde me leas, pues no se el horario de tu país ni en que día puedes estar leyendo esto. Han sido casi 10 días sin publicar nada de nada, esto no es normal, pero tiene una explicación, estudios. Para muchos estas fechas es para reencontrarse con los suyos, para mí son largas sesiones con los libros, pero no me quejo, no soy una persona social ni aparenta ser super cariñosa con sus familiares... esos que no se han acordado de mi ni yo de ellos en un año. Bueno, creo que la presentación y las explicaciones van sobrando, así que empecemos con este post, que va a marcar un poquito la diferencia con los anteriores.
No sé si lo he contado alguna vez en mi blog, de que he cuidado de pájaros, sobre todo de gorriones. Si no era así, pues ya lo sabéis. Esta información no tendría gran valor, hasta que no supieses por qué lo digo, y es que la anécdota empieza ahora.
Hace un par de días, estaba caminando por la calle, como cualquier otra persona, hijo de vecino o asesino en serie que te vigila para matarte (ok no, eso no, pero tenía que poner relleno por alguna parte, no quiero que este post sea cortito, no me gustan de poca extensión y esto se puede malinterpretar, así que me callo). Todo era normal, los pajarillos cantan, vas a por el pan, hasta que me doy cuenta de que pasó por al lado de unos gorriones y estos no se asustan. Es obvio, al principio pensaba que soy tan poca cosa, que no impongo, no me ven como una amenaza, pero cuando te ocurre lo mismo durante dos veces, pues te das cuenta de que algo pasa.
Pensando y pensando, llego a la conclusión de que posiblemente sea que he cuidado de tantos pájaros, que alguno de ellos ya hasta me conozca, porque estos han anidado cerca de la ventana de mi cocina, les he puesto semillas y hasta agua para los padres, hasta he dado de comer a algunos de los polluelos, entonces calculando todos estos años que han estado haciendo el nido, posiblemente haya cuidado a casi la mitad de toda la población de muy pueblo. Si, puede ser una exageración, pero teniendo en cuenta que en épocas de anidaje he tenido hasta 3 nidos, con un total de 2 pájaros adultos y 5 polluelos, si echas los cálculos, te das cuenta de que son bastantes, y más si han pasado 5 años desde que esto ocurre sin interrupciones.
Y desde que esto ocurre, solo ha muerto uno de los polluelos, cuando era bastante pequeñito, cosa que puede ocurrir cuando están en la naturaleza, expuesto a muchas cosas, pero cuando anidaban en mi ventana, todos esos agentes se quedaban bastante neutralizados, porque se sentían protegidos, así que la mayoría salían de sus madres ya independizados. Yo no sabia si eran crías de gorriones o de Águila.
Todas estas cosas dan momentos de ternura, tristeza en el caso de que alguno fallezca o veas que los padres no vuelven, así como momentos de risa, porque cuando van creciendo y teniendo los instintos, pues los ves intentando salir, piando como locos, etc.
Y para finalizar, esto me recuerda a aquella vez, cuando ya los polluelos estaban con todas sus plumas bien formadas, estaban en la época de empezar a aprender a volar. Estos eran 3 hermanos, dos de ellos eran los más espabilados pero había uno que no se atrevía. Es entendible, están en un patio de luces y tienen que volar grandes distancias, para poder descansar, es decir no es como en un parque, que hay miles de ramas y hacen vuelos cortos hasta que aprenden. Yo, entendía al pájaro, me identificaba con él siempre, porque yo era de las últimas de la fila cuando todo el mundo corría, cuando los primeros habían terminado, yo aun estaba por dar la última vuelta.
Pasaron dos días y la familia aun seguía atada al nido, debido al polluelo que no aprendía. Esto nunca había pasado, la mayoría de mamas gorriones echaban el vuelo y quien viniese detrás, bienvenido sea, pero esta marcaba la diferencia, cosa que agradecí porque enseñar a un gorrión a volar, es algo difícil porque se crea un vinculo de apego. En mi cabeza ya pensaba que esto iba a ocurrir, que tendría que poner al animal dentro de casa y enseñarlo, para luego soltarlo, pero tuve una idea, que es un poco cruel, por así decirlo. Asustarlo.
Era de mañana, yo me hacia el desayuno y escuchaba el revoloteo de sus alas. Era ya lo normal, otro día que el polluelo no quería, hasta que lo vi descansando en el pollete de la ventana. Como estaban acostumbrados a mi, no se iban, sin embargo, lo estaban cuando yo estaba tranquila, no en una actitud "hostil". Lo que hice fue acercarme poco a poco, sin que se diese cuenta, y pegar un grito, que cuando se dio cuenta estaba en la China. Pegó dos aleteos en el aire y cuando fue consciente, ya volaba. La madre naturaleza es increíble.
Ahora que sé que los pájaros no se asustan conmigo, si veo a uno a un km que sale corriendo, se que es ese pájaro, se que es él. Así que si tu caminas y ves que uno a lo lejos se va, no te preocupes, no eres tan feo como crees, es que le he generado tal trauma a ese pájaro que sus futuras generaciones vivirán con el miedo de que un humano tan gilipollas como yo, le venga a dar un susto.
Y esto es todo por hoy, pronto se retomará una actividad más abundante, así que suscribete al blog para saber cuando publico. Si te ha molado lo que has leído, te invito a que te pases por la parte inferior del blog, así sabrás la forma de cómo apoyarme. Muchísimas gracias por leerme y nos vemos en el siguiente post.
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