HABLEMOS DE DIECISIETE
En el día de hoy, vuelvo a hablar de cine, esta vez de una película que me ha sorprendido muchísimo. Si te gusta este contenido y no leiste la anterior opinión, te la dejo por aquí HABLEMOS DE LIVE: UNA GRAN SERIE. Si no has visto la película, te recomiendo no leer este post.
Esta historia, de Daniel Sánchez Arévalo, protagonizada por Biel Montoro, Nacho Sánchez y Oveja, que es el perro de la película. Si, se llama así tanto en la película como en la realidad. La historia trata sobre Héctor, un chico problemático de 17 años y con problemas para adaptarse, así como relacionarse, el cual vive en un centro de menores desde hace dos años, a las puertas de tener 18 años. Es un polvorín andante, siempre anda aislado, pero desde que conoce a Oveja, un perro acogido para hacer terapia con ellos, tiene un fuerte vínculo y se unen, pero llega un momento que este es adoptado y Héctor, con la rabia en el cuerpo, no lo puede consentir y decide marcharse del centro en su búsqueda, arrastrando así a un par de familiares con él, que son su hermano mayor y abuela.
El vinculo que se muestra en la película, no es para nada ficción, no es un perro entrenado para ello, se creó en el momento del rodaje, como bien explica Biel, que ahora es su dueño. Este animal, estaba en una protectora y la productora, la dio una oportunidad, haciéndolo actor de la película y haciendo que se uniese a uno de sus compañeros de rodaje, convirtiéndose así, en el Oveja que vemos en la película, por eso me encantó tanto este film, porque me parece espectacular mostrar la relación de ambos en la televisión.
Esta historia, en un principio, te pone en la tesitura de la decadencia de una mente adolescente problemática. Con el trasiego de las hormonas y los problemas mentales que pueda conllevar una posible mala educación, hace que veas a un joven sin rumbo, que cosa que piensa cosa que hace, sean cuales sean las consecuencias y luego, no se de cuenta de hasta dónde llegan sus acciones. Esto le provoca problemas de relación y lo aíslan, portando un escudo que nadie puede atravesar, salvo ese animal que una vez aparece en su vida y lo cambia por completo.
Esta evolución del personaje es emotiva y te hace sonreír, pero claro, la película nunca termina a los 30 minutos de emisión, tiene que haber un nudo, algo que haga que el protagonista emprenda un camino para que su evolución sea más extensa, que florezca y crezca, por lo tanto, le alejan del único ser que ha querido a plena consciencia y con ello, lo une a esa persona que estuvo ahí para él, pero este no se dio cuenta.
Esta película no es la típica de acción ni comedia, es muy familiar, por lo tanto no esperes un gran giro argumental cada x tiempo, ni una escena en la que te sacuda fuertemente, el desarrollo es lento, pero no aburre para nada, porque tiene pequeños momentos que entretienen y te mantienen apegado a la pantalla. No sentirás en ningún momento que se te hace pesada.
Otro de los grandes puntos, es que con la personalidad de Héctor, algo tan triste como la posible muerte de la abuela, se haga divertido, porque cada x tiempo esta "no te mueras hasta que no llegue" y hace que algo triste, no lo sea y en ningún momento sientas el dolor y la tristeza que eso supone. Aunque sientas que en cualquier segundo, pase algo que te haga sacar los pañuelos, nunca ocurre y aunque sea el argumento principal buscar el perro, el final te sorprenderá. Héctor, aprende a perder, pero no en el momento en el que su hermano se cansa y se lo explica, si no cuando ve a Oveja que está feliz en su nueva casa. Aprende a dejar ir a los seres queridos que quiere, cuando estas son felices, y esto, es de lo que trata la película, no es luchar por lo que quieres, yendo en caravana a todos los lados en busca de ese ser querido, si no de aprender a dejarles ir y no solo eso, si no acercarte de nuevo a la gente que nunca se fue.
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