EL PEOR MES DE MI VIDA
En este blog he contado de todo y en algunas ocasiones, me he logrado abrir, contando experiencias que me han ocurrido. Desde el bullying que sufrí, mi experiencia al descubrir que era bisexual, mis malas experiencias en entrevistas de trabajo y hasta mi "etapa final" con la depresión, si, lo pongo entre comillas, y hablaré de ello más adelante.
Nos remontamos a finales de Octubre de 2012, momento en el cual, mis padres me notifican que tengo dos noticias, una buena y una mala. En ese momento mi cabeza estaba más por la buena, y al ver que era una oportunidad de "trabajo", pues estaba muy feliz, pero quedaba la mala. Fuimos hacia la cocina y ahí se me notificó que el estado de mi tío no era bueno, había entrado en la fase terminal de su cáncer. En ese momento, supe que mi vida iba a ir a peor, era algo que no había superado desde lo que le pasó a mi abuelo, y sentí que esa herida se estaba abriendo otra vez. Lloré, lloré como nunca lo había hecho en años.
Los días iban pasando, cada uno de ellos era un amasijo de autoterapia, para que cuando el momento llegara, no sufriese tanto. Pensaba que cómo era consciente de cómo era la situación, no me iba a doler tanto como cuando lo sufrí de pequeña.
Las situaciones que me acompañaban cada día, no eran las adecuadas. Una clase donde no me sentía aceptada, estaba incómoda y siempre estaba sola, hasta que tocaba la campana para ir al patio o irse a casa. Tenía pareja, pero esta no vivía cerca de mí, y no hacía por la labor de preocuparse, aunque le pidiera que la necesitaba en esos momentos, aunque solo fueran 5 min. Y por último, experimentaba los primeros signos de una depresión que casi tenía olvidada.
Intentaba autoconvencerme de que todo iba bien, pero en un momento dado, de la boca de mi padre, escucho las palabras que dijo mi abuela materna, madre de mi tío "Veo a tu hermano, igual que a tu padre". Esto es algo que me marcó, pues en mi mente aun yace el recuerdo que me impactó, generando un gran trauma. Cuando mi abuelo enfermó, siempre creí que era de lo mismo que yo tenía, un resfriado o una gastritis muy fuerte, cosas que se curaban, así que cuando por primera vez iba a ir a su casa tras mucho tiempo, me encontré con una realidad fuera del entendimiento que tenía, era una niña de 7 años, a la cual, nadie le había explicado que era el cáncer, ni mucho menos, qué era la muerte. Aunque no tenía consciencia de ello, sabía que las cosas no estaban yendo bien, y eso generó en mí lo que en 2012, una sensación de frustración, de no saber o no poder hacer nada.
Era quedarme sentada en mi cama, pensando que por mucho que quisiera hacer, debía esperar a que él falleciese, aun teniendo todas las ganas del mundo y el dinero suficiente, sabría que no se podía salvar. Esa sensación me consumía día tras día, había veces que no podía soportarlo.
Llegó ese día, y todo mi mundo se vino abajo. Creí que sería distinto, que al ser más madura, sabría enfrentarlo de otro modo, pero no me había dado cuenta que al saberlo, era consciente de ello y me desgastaba cada día. No podía parar de llorar, de sentirme desamparada, hasta de sentir miedo, porque la vida era así, se podía acabar en cualquier momento. Al día siguiente tenía un examen, el cual había estudiado mucho, tenía ganas de hacerlo, sin embargo, cuando sentí que todo se iba a terminar, aunque estudiara o hiciera, no iba a servir para nada, un pensamiento muy equivocado, que acabo hundiendome aun más.
En este post, no he querido exponer esta historia para expresar un mensaje de esos super positivos, de "vive la vida, que son dos días", porque puede que la tuya solo sea un día y pensando en eso se te ha pasado medio, si no que si en un momento sientes que las cosas no funcionan, intentes hablar de ello. Hacerse el fuerte, diciendo que todo está bien, mientras por dentro te estás muriendo, no es bueno para ti, y te aseguro que si lo haces por tus seres queridos, acabarán dándose cuenta y será peor para ellos. La comunicación es una de las mayores bases, ya sea en tu día día, en una relación de pareja o hasta para superar un trauma como el mío. En esa comunicación no solamente se engloba la verbal, la escrita, como ahora estoy haciendo yo, tambien sirve, hasta puede ayudarte si no eres capaz de expresarte bien.
Esto es todo por hoy. Si quieres saber la forma de apoyarme, tienes toda la información en la parte inferior. Muchísimas gracias por leerme.
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