LOS LIMITES DEL HUMOR

Va a ser un post bastante corto, pero este tema lo quería tratar. Aunque sea breve, más vale esto que nada, pues no quiero que el blog se quede aquí muerto, es demasiado esfuerzo como para tirarlo todo a la basura, así que he sacado un poquito de fuerzas y he traído esta opinión, que ya la traté en su día, pero esta vez más actual, para que las buenas costumbres no se pierdan.

Durante la pasada semana y no solo en esta, si no en los últimos años, nos hemos estado preguntando algo ¿Los chistes pueden ir más allá de temas ficticios? Es decir, se puede bromear sobre cosas que de verdad no ocurren, pero... ¿Esta bien que se basen en hechos reales? ¿En situaciones sociales muy delicadas? ¿En la muerte de personas? Son preguntas que cualquier persona, con dos dedos de frente y que respete, diría que no pero que respetaría que en un círculo cercano y privado, se pudiesen hacer con total impunidad, pero que la cosa cambiaría si estos recursos se utilizaran en un espacio abierto y para todo el público.

Basándome en mi propia experiencia, yo he podido reírme de cualquier cosa, rozar esos limites de los cuales yo defiendo, sin embargo, lo que me diferencia de las personas que no saben verlo, es que a la mínima se pedir perdón, hago un análisis de lo sucedido y no lo intento volver a repetir. No es censura, lo sería si yo intentara silenciar la voz de la persona que se ha molestado, ahí de verdad si lo que sería, pero callarle la boca a alguien que se ha equivocado, no lo es. 

Censura es lo que ha estado haciendo el humor rancio de este país. Durante las décadas pasadas, se utilizaban colectivos oprimidos para hacer burla y atentar contra la integridad de ellos, sin ningún tipo de reparo o arrepentimiento, ocasionando que muchos niños, tuvieran pensamientos suicidas, porque lo que empezaba como una simple broma, aprendida de los monólogos de los grandes, se convertía en una losa sobre las espaldas de muchos. No estoy pidiendo que tengan responsabilidad, para ello están los padres/tutores y los trabajadores del centro, sin embargo, un poco de cabeza si que se puede tener y por qué no, un poquito de sentimiento de culpa, que aunque no lo sea, esto en algunos momentos nos ha ayudado a madurar, junto a los errores cometidos.

Aseguran que actualmente un infierno hacer reír a la gente, que cualquiera se ofende y claro, aquí entra el conflicto clave, el avance social que ha habido ha hecho que la gente abra los ojos y no sea tan ingenua. Antes podías reírte de una persona LGTB, que como no podían abrir la boca por miedo, pues tenían que acachar la cabeza, entonces claro, era super fácil ¿No? Ahora que se reclamaban derechos, pobrecitos los humoristas, que se tienen que esforzar un poco más en hacer sus monólogos... que eso de innovar se les queda muy grande.

No veo que artistas, que inicialmente se dedicaban a un genero, sea cual sea su profesión, quejarse porque lo que hacían ya no gusta o vende... los veía innovar, adecuarse a los nuevos tiempos, caer y callar... porque sabían que de las palabras no se vivía, si no de los esfuerzos... pero resulta que los que hacen monólogos, llaman gente de "piel fina" a quien les echa en cara errores cometidos... vaya que cosas tiene la vida ¿No? Cree el ladrón que todos son de su condición.

Esto es todo por hoy, me hubiera gustado extenderme un poco más, pero claro, son muchos monologos que ver y criticar, así que supongo que lo dejaré para más adelante. Si te ha gustado lo que has leído y quieres saber cómo apoyarme, te invito a que te pases por la parte inferior del blog. Muchísimas gracias por leerme y nos vemos en el siguiente post.

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