CAPÍTULO 16 - DIENTES DE LEONA
Todas las chicas habían preparado una cena de picoteo, de platos típicos de cada país de donde procedían. Compartían espacio en la cocina, ayudándose mutuamente, para así poder hacer una gran cena de bienvenida para Pino, que estaba sentada en el sofá, mientras miraba la tele de brazos cruzados. Era Domingo, el día que Julia tenía de descanso, aunque esta se encerrara en su habitación desde casi la noche del día anterior. Adriana se acercó con su fuente de milanesas, para ponerlas en el centro de la mesa y así que estuviera al alcance de todos. Concepción sirvió unas Clochinas al vapor, muy típicas de su tierra, Valencia. Nadwa preparó un poco de pan Khubz, tenía pensado hacer unos Tajines Marroquíes también, sin embargo era pasarse de comida, así que decidió poner un poco de pan para que pudieran mojar en la salsa de otros platos. Olya estaba muy orgullosa de su plato, le parecía que era una de las cosas menos elaboradas, en su afán por quitarse mérito, pero sus brochetas Shashlik vegetarianas, que le salieron de muerte, además el marinado había dejado un caldo exquisito en el plato. Las cogió y rápidamente las puso en la mesa, junto a otros platos de sus compañeras. Mónica prefería no complicarse la vida, aunque pedir una pizza española era como traicionar a sus orígenes, el repartidor llamó a la puerta y solo tuvo que recogerla, eso sí, la había pagado ella para todas:
-Hay veces que no sé por qué me he enamorado de ti -respondió Concepción- pero es ver estas tonterías y es imposible no quererte.
Mónica se acercó para darle un beso en la mejilla, haciendo que todas pusieran caras de asco, cosa que hizo que Concepción quisiera golpearlas a todas, entre medio de las risas de todas. Julissa quiso fusionar sus dos grandes naciones, la africana y la americana. Decidió hacer dos platos, unos grandes macarrones con queso y Ceebu jenn, arroz con pescado, aunque no se trataba del pescado senegalés que recordaba cuando se lo hacía su abuela. Elina dejó de darle vueltas al cazo para tomar un plato hondo. Había hecho su conocidísima sopa de patatas, un plato que le salía igual de rico que el de su madre, aunque nunca lo tomó en su país de origen:
-Vamos a hincharnos tanto a comer, que no habrá quien nos levante del sofá luego -respondió Olya- pero merecerá la pena ¿No?
Todas asintieron y esperaron a que Liu presentara su receta, que siempre era la que más se hacia esperar. Ella aseguró que nadie había puesto el punto picante al asunto, que unas chicas como ellas, en las que algunas les gustaba ese punto en su vida, nadie se les había pasado aquello por la cabeza. Desveló el plato típico de su zona, Mapo Tofu, aunque había decidido solo echar tofu, ya que aquel día era una comida muy poco fuera de lo común de lo que comían algunas, todo y por Pino, que se quedaba mirando desde el sofá. Esperaron a que Pino, presentara el suyo, ya que había sido una de las primeras en hacerlo, a lo que ella respondió que sacara los pinchos de tortilla del microondas. Concepción lo hizo, tomando el plato con cuidado, porque aun quemaba un poco y se quedó pensativa:
-¿Esto es de compra verdad? -preguntó- vi el envoltorio en la basura.
-¡Y qué más da! -dijo Nadwa cogiendo el plato para servirlo en la mesa- vamos a disfrutar del intercambio cultural, para conocernos un poco más ¿Quién avisa a Julia?
Todas se miraron entre sí y creyeron que no hacia falta subir. Gritaron el nombre de la inspectora, que respondió mientras se levantaba de su mesa poco a poco, dejando de lado todo lo que estaba haciendo.
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