¿SUEÑO O PESADILLA?
Estaba en la calle, donde vivía desde que era casi chiquitina. Sin darme cuenta, el lugar estaba totalmente coloreado con los colores del atardecer. Era extraño y demasiado brillante, hasta el punto que pude comprender que era un sueño. Escuché un maullido enrabietado. Un gato negro me acechaba por el lado. Se postró encima del contenedor de basura que estaba a unos cuantos pasos. Este, alterándose aun más, reclamaba su territorio. Asustada, quise echarme hacia atrás, no quería molestar, le daría lo que era suyo, pero no comprendí como mis piernas estaban hundidas en el cemento. Aparentemente, estaba solido pero a la vez líquido. Me quedé totalmente anclada. El gato, empezó a merodear, con actitud de tigre, sabía que su presa no se iba a escapar. En ese mismo instante me sentía como un ratón. Su clara ventaja le favorecía y él no la iba a desaprovechar.
Comentarios
Publicar un comentario
Antes de comentar, hazlo con respeto, acepto críticas, pero de lo que escribo, no hacia mi persona.